Una Salidad de Verdad

 Ha llegado el momento, todas las razones están justificadas, ya es hora de salir del agujero del que estuve estancado por un momento, ahora les cuento.

En la historia, muchas revoluciones sucedieron tras trágicos acontecimientos, esto no es ajeno a mi propia historia, ni a la de muchos otros.

Hoy, el cuento ha cambiado: "Ya no sufro más, debido a que estoy cambiando". Esto es así, sin mejoras graduales, sino cambios. Tras haber vivido la peor temporada de incertidumbre, miedo y vulnerabilidad por casi 2 años.

Sería decepcionante, no poder lograr grandes hazañas que inspiren a las personas, a los optimistas, a los tímidos, a los esperanzados en un futuro mejor, a los temerarios, a los vulnerables, a los niños y niñas, hacia ellos yo les dedico mi legado de vida, mi promesa como persona, todo mi dar por un futuro extraordinariamente mejor, esperanzador y seguro.

Viví aterrado, tuve una mala experiencia desde la otra mitad del 2020*.  En un momento, no sabía precisamente por lo que atravesaba. Estaba alejado, en un bosque, en medio de la nada, quise acudir a cualquier ayuda y caí.

Normalmente, no suelo hablar de esa época de mi vida, no obstante, ocurrió. Eventualmente, entendí que estaba atascado en un gran agujero, donde la luz estaba casi perdida, que costaría el esfuerzo de mi vida escalar hacia una salida, no había otra opción.

La Organización

Esto es lo que ha sucedido durante la otra mitad del 2021: Ya en mi ciudad natal, organicé mis prioridades, el Shay de ese entonces tenía una salud mental en estado crítico, estaba roto, mi corazón latía como la de un paciente entristecido, viendo sus últimos instantes de vida. Prácticamente deplorable, con tiempo perdido, sin anhelos, sin el cariño ni la cercanía de sus amigos y familia.

Pedí ayuda, cogí el teléfono y llamé a una voz amiga, acudí al psicólogo por un caso de suma urgencia por primera vez, me conecté con algunos pocos amigos, los más cercanos. Aprendí a darme tiempo para sanar, salí a pasear, fui a lugares donde antes solía visitar por la cotidianidad, fui a nuevos lugares, experimenté con nuevas experiencias.

Me enfoqué en pensar mucho, mis prioridades, mi propósito, mi día a día, a cómo escalar hacia una vida que sí anhelo vivir, sobre nuevas reglas, qué principios debo acotar, qué protocolos debo ejecutar en caso de que suceda una emergencia similar.

La Ejecución

Después de la organización, viene la ejecución, el cumplimiento de las tareas propuestas. Invertí en educación, recuerdo cuando tenía 16 años, tuve un cambio de perspectiva sobre la educación, en ese momento, luego de un estudio de 2 años sobre las universidades, visualicé un gran movimiento en la educación, y yo tuve esta conclusión:

En un mundo tan competitivo, donde constantemente se generan muchas disrupciones, gracias a que mucha gente está trabajando en el futuro desde el presente, yo no puedo quedarme atrás.

Aquel cuerdo pensamiento mío era muy pertinente con la situación, pese a que se pueda percibir muy visionaria, nunca fue así, solo reflejaba la realidad.

Me inscribí en una universidad local, pero ahí no termina. Luego, realicé más progreso, tomé cursos en línea, compré libros, acudí diariamente a la biblioteca, creé rutas de aprendizaje, una en el que me enfocara plenamente en mi desarrollo profesional y otro en el lado humanístico, como un verdadero ciudadano del siglo XXI.

El Seguimiento y más Desarrollo

Seguí cuidando mi salud mental, después de todo es mi primera prioridad junto a la física. Acudí al teatro, me encantó la experiencia y sin duda la repetiría de nuevo. Aprendí mucho últimamente, a quererme de nuevo, a sonreír, gracias a los escritos del pasado, tuve muchos reencuentros con otro Shay, textos tan valiosos, sueños con visión orgullosamente redactados. Estoy enormemente agradecido conmigo mismo de otros tiempos, no sé sí tenía conocimiento sobre estos acontecimientos, sin embargo, él me ha ayudado en una gran manera, me dio los pasos para volver a subir, los principios en los que sujetarme, ahora yo aportaré mucho más.

Aquí me encuentro, en un constante progreso. Definitivamente, no es perfecto, sin embargo, ya salí, ¿era necesario tanto sufrimiento? ¿Valió la pena?

Eso ya lo veremos, sobre todo yo. Tengo muchos proyectos en la mesa, tanto que hacer. Si los años fueran días, siento que de pronto desperté en el 2023 tan diferente, como si de una epifanía hubiese experimentado.

Una fotografía de Shay del 2021 mirando hacia la cámara

Shay, 2021.

*Para comprender lo acontecido, léase las siguientes notas recomendadas:

  1. Cusco
  2. Cuando necesitas a alguien al lado
  3. Desconecta y reconecta, mis lecciones de inmadurez

 

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